Hace casi 5 años que publiqué mi primera fotografía en un diario de tirada nacional. Entonces era un becario precario que estaba a punto de descubrir la que iba a ser su pasión y su profesión. Es increible la cantidad de cosas que le pueden pasar a uno en media década. A estas alturas he pasado por cuatro diarios, dos revistas y una agencia. Al menos puedo asegurar que de ninguno he salido mal parado.
Si tuviera que resumir en una palabra este tiempo sería "aprendizaje". Uno salta al ruedo como una esponja intentando absorber todos los conocimientos posibles y ve que no hay límites. Los rápidos avances del mundo digital o el cómo realizar reportajes, entrevistas, deportes, política...hacen de cada día una pequeña aventura. Siempre tienes algo que aprender y juegas a superarte. Así se abre uno de los frentes de batalla, el de hacer buenas fotos, el que te impulsa y te ilusiona. El otro frente, el laboral, el de las condiciones a las que accedes...ese es el que te taladra la moral, el que parece que nunca vas a superar.
Dentro de unas horas voy a recojer un premio por un reportaje cuyas fotos no hice yo. Por lo visto a alguien se le ha ocurrido que diga unas palabras en la ceremonia y aquí estoy, dándole vueltas.
Visto lo visto y más por los años que por otra cosa, me quito el cartel de novato y hasta me voy a permitir el lujo de dar consejos, pero otro día que ahora tengo un marrón/discurso que preparar.
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